Determinaron que la pérdida del olfato y gusto fue el primer indicio de que el virus afecta al sistema nervioso y es capaz de invadir el cerebro y dañar la capa que protege las terminaciones nerviosas, la cual evita que aparezcan problemas neurológicos.
Agregaron que con el daño a dicha capa, algunos pacientes han desarrollado enfermedades como Parkinson, esclerosis múltiple o Alzheimer.
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