Adán Augusto López: El Operador de AMLO detrás de la reforma judicial

Adán Augusto López: El Operador de AMLO detrás de la reforma judicial

La reciente aprobación de la reforma judicial en el Senado mexicano es un claro reflejo del talento estratégico de Adán Augusto López, ex-secretario de Gobernación y actual senador. Su habilidad para negociar con diferentes partidos y asegurar los votos necesarios ha sido fundamental para el éxito de la reforma impulsada por el presidente López Obrador.

López no solo tuvo que sortear la resistencia interna dentro de Morena, sino también construir alianzas clave con la oposición. Su manejo de la situación con el senador Daniel Barreda de Movimiento Ciudadano, cuya inesperada ausencia en la sesión crucial facilitó el quórum necesario, es un testimonio de su agudeza política. Además, su negociación con el clan Yunes, a pesar de las críticas, y la estrategia para asegurar la ausencia de dos senadores del PRI, subraya su capacidad para manejar intereses contrapuestos con eficacia.

El papel de López en la aprobación de la reforma destaca su destreza en la política legislativa y su habilidad para operar en un entorno altamente competitivo y conflictivo. Este logro no solo fortalece su posición dentro del oficialismo, sino que también demuestra su impacto en la política mexicana a través de una negociación astuta y efectiva.

VISIÓN EXTRAVIADA EN EL SUPRAREALISMO

Escribe Ing. Fernando Padilla Farfán

Existen varios aspectos de nuestra cotidianidad que ante el juicio de investigadores extranjeros, evidentemente de países más adelantados, nos colocan en una posición a veces hasta cabizbaja. Dicen que parte de lo que hacemos cae en el terreno del suprarealismo puro, al grado que ya se han apuntado algunos investigadores universitarios para tratar de dilucidar de dónde provienen ciertas costumbres o hábitos que a los ajenos les causa curiosidad, porque pareciera que actuamos más por inercia o imitación, que por convicción propia.

En buscada plática con algunos de ellos, me explicaban que nosotros estamos tan acostumbrados a lo que decimos o hacemos, que no tan solo no nos percatamos del menoscabo que provocamos a nuestro crecimiento como personas. Y lo más contradictorio es que nosotros mismos fomentamos prácticas que nos afectan y que deterioran la marcha de la comunidad como tal. Arrastramos errores y equivocaciones que nos están convirtiendo en poco competitivos frente a otras sociedades  de mayor desarrollo.

Me decían, por ejemplo, que para todo tipo de reuniones, sociales o políticas, citamos una hora antes para llegar en punto una hora después. Si bien reconocen que aún no saben a qué se deba esto, argumentan que parte de esas atípicas costumbres pudieran (según ellos), tener origen en ese singular surrealismo que se encuentra en alguna parte de nuestra idiosincrasia.

Otro aspecto de nuestras costumbres que les parece una sinrazón, es el tema de las obras públicas. Dicen que es un contrasentido que se inauguren obras sin que estén listas para ponerlas en funcionamiento, cuando en otros países apenas se concluye una obra y sin esperar mucho, se lleva a cabo la puesta en operación para ser usada o disfrutada, de inmediato, por quienes resulten favorecidos  de manera directa.

Por supuesto que en México modificar esa tradición tan arraigada, no sería nada fácil, pero queda para la reflexión.

Sin embargo, las obras terminadas también padecen atrasos en la operación porque, absurdamente, tienen que esperar que el personaje designado para cortar el listón tenga el espacio requerido en su apretada agenda de compromisos. Mis interlocutores consideran que ante el criterio de la gente que no se explica ésta demora, entre más tiempo transcurra menos impacto tiene lo realizado. Es decir, el reconocimiento de la gente se diluye de manera proporcionalmente directa al tiempo que pasa antes de poner en servicio las obras en cuestión.

Ésta práctica, cuando se suma a las molestias que generan las obras en proceso, no abona a la imagen de quienes las realizan, como tampoco se establece ninguna correspondencia electoral, si esa fuera la intención. Ese suprarrealismo del cual hablaban nuestros ocasionales amigos, me hizo recordar lo que con particular asombro me platicaba un escritor recién radicado en uno de los mágicos pueblos  de Morelos. Narraba que acudió en busca de algún carpintero del lugar, así no fuera el mejor calificado por que la sencillez del proyecto no lo requería. Cuando por fin encontró uno, le entregó en una hoja de papel el dibujo de una mesa y una silla pero en perspectiva, para que el trabajador de la madera tuviera una idea objetiva de lo que tenía que hacer.

Cuando el personaje en cuestión fue a recoger el producto terminado (la mesa y la silla), no cupo en su asombro al ver una mesa con las patas traseras más cortas que las delanteras, la tabla superior más ancha del frente y más angosta en la parte posterior, y una silla en la que nadie podía sentarse por su chueca figura. Cuando el escritor preguntó por la irregularidad del mueble, el carpintero, seguro de lo que se le había ordenado, le mostró el dibujo en el papel que el propio escritor días antes le había entregado. Nuestro amigo cedió en su intento de explicarle al cumplido hombre qué era un dibujo en perspectiva. Sin discutir más se llevó ambas piezas para conservarlas como muestra de nuestra perspectiva social.  

Otro tema que tocaron es la adoración que profesamos a la muerte. Dijeron que  no es otra cosa que el reflejo de nuestro miedo a morir, por eso la personificamos, la festejamos y nos divertimos con ella. “Le temen, pero poco hacen para preservar la vida”.

Cuando se refirieron al bloqueo de las calles de cualquier ciudad, expresaron lo siguiente:

“Ustedes ocupan las calles por júbilo, por dolor, por que perdieron, por que ganaron. Asaltan las calles para celebrar, para exigir, para recordar. “El colmo es que ustedes también cierran calles para protestar por la protesta de otros”.

Sin embargo, agregan que nuestro problema no es de inteligencia. A su criterio somos indiscutiblemente inteligentes y creativos. “Lo que no tienen en abundancia es disciplina y puntualidad. Recuerdan que la disciplina y la puntualidad “a los japoneses les sobra”. “Si un japonés va a llegar tarde, avisa con dos días de anticipación”.

Bueno, pues ante tanta indirecta, empecemos por tomar como propia la disciplina hasta convertirla en actitud.

…Y CRECERÁN LOS MARES

Por Ing. Fernando Padilla Farfán

Las torrenciales lluvias que han azotado al país dejando a su paso fuertes daños materiales y pérdida de vidas humanas, son el resultado de las prácticas incorrectas como el uso excesivo del automóvil, la deforestación y el crecimiento de las zonas urbanas sin criterio sustentable.

La fuerza de destrucción de la naturaleza a los bienes de las personas, es directamente proporcional al daño que provoca el hombre a la Tierra. A mayor daño al medio ambiente, mayor será la reacción de la Tierra. Por lo tanto, las condiciones climáticas serán cada vez más extremas.

Los niveles de temperatura han batido récord. Donde el clima era templado, ha habido olas de intenso calor. Donde no hacía frío, ha nevado. Los climas están cambiando y no hay forma de detener el fenómeno. Las intensas sequías están provocando escases de cultivos y de agua dulce. No dimensionamos la carencia porque cuando vamos al “súper” vemos los anaqueles llenos de todo tipo de productos. 

Lo grave es que el calentamiento global está provocando el deshielo de los grandes icebergs que están en los polos: el del norte y el del sur. Sabemos que eso está ocurriendo, pero lo vemos lejos, ajeno a nosotros. No tenemos la menor idea de lo que va a representar en el mundo de nuestros hijos o nietos. No más allá.

La teoría que expongo la trataré de explicar con la mayor claridad posible. Veamos.

En los polos hay grandes montañas de hielo. Todo ese volumen que pesa billones de toneladas se está derritiendo por el calentamiento global. Hasta ahora se han perdido 9.7 billones de toneladas. Aún no se nota el escalofriante crecimiento de los mares. Sin embargo, al ritmo del deshielo actual, no pasarán muchos años para que todo ese hielo se convierta en agua y baje a todos los mares del mundo. ¿Eso qué significa? Pues nada más y nada menos que al elevarse el nivel de los mares desaparecerán las playas de arena de cualquier parte del planeta.

Lo peor es que las ciudades que están a nivel del mar quedarán bajo el agua. Desaparecerán calles, casas, complejos industriales. Las ciudades que están comunicadas por carreteras que pasen por costas, quedarán incomunicadas. Imposible hacer vías alternas, el costo sería inaccesible para cualquier gobierno. Al desastre, se agregaría el costo de construir nuevas ciudades en zonas más altas, o ampliar las existentes. Ni rastro quedaría de los puertos y aeropuertos que están cerca del mar. Viajar a otros países sería una meta difícil de cumplir.

La infraestructura hospitalaria sería insuficiente para atender las nuevas enfermedades. Las pandemias asolarían poblaciones enteras.

Al tétrico panorama se sumaría otro espantoso fenómeno: al subir el nivel de los mares, los ríos del mundo no podrían descargar sus aguas en los océanos, retrocederían provocando inundaciones.

Al enfriarse los mares por el hielo derretido, se alteraría la fauna marina. Muchas especies desaparecerían. Los huracanes serían más intensos, más furiosos. Los barcos de carga y los no podrían atracar. Los muelles sufrirían alteraciones. Los hoteles de la playa terminarían convertidos en arrecifes al paso de los lustros.

No podríamos disfrutar de las playas, serían agrestes, sinuosas.

Bueno, todo lo anterior es grave, pero ahora viene lo peor.

Al moverse el peso del hielo de los polos a la franja del ecuador, la velocidad de la tierra disminuiría. El eje imaginario sobre el cual gira el globo terráqueo sufriría un desplazamiento y, en lugar de las vueltas de 24 horas, que son el día y la noche; podrían ser de 30 horas, o un poco más. Los días más largos, las noches también. Se modificarían las estaciones del año. Las zonas cálidas se tornarían frías, y las frías en calientes.

Y todo esto por culpa y gracia de los huéspedes de este gentil y noble planeta: Tú, y yo.

ELECCIONES 2018

Analiza Ing. Fernando Padilla Farfán

A diferencia de hace seis años, el actual proceso electoral tiene diferencias significativas.  Ahora, por ejemplo, la competencia electoral será más real, más intensa y más frontal.

El sentimiento político de la gente también es diferente al de entonces. La credibilidad hacia los partidos está bastante disminuida.

En el escenario político están tres figuras que compiten por la silla más grande del País. Por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), va su dueño: Andrés Manuel López Obrador, quien lleva más de 20 años en campaña ininterrumpida.

Como parte de sus planes por alcanzar el poder, Andrés Manuel ha utilizado un discurso utilizando palabras o frases de uso común entre la gente. El lenguaje que utiliza lo entiende perfectamente la gente; parte de la población cree que, por el lenguaje que utiliza, que es una persona sincera y franca.

Por el Partido Revolucionario Institucional fue postulado José Antonio Meade Kuribreña, después de haber dejado el cargo de Secretario de Hacienda.

Meade, que ha transitado por varias secretarías de Estado, nunca había participado de manera directa en la política. Su papel ha sido desempeñarse como alto funcionario siempre subordinado a presidentes de la República o a gente de poder. Ha sabido disfrutar del confort  de los altos cargos en la administración pública. Ahora, que tiene que caminar sobre terrenos terregosos como los de la política mexicana, se le observa trastabillante y desorientado.

Lo cobija el partido tricolor, que no está en su mejor momento. Su dirigente, Enrique Ochoa Reza, se ha formado en la alta burocracia desde donde no se alcanza a ver con claridad la realidad. Ha descuidado reagrupar a los desbalagados priistas inconformes por la imposición de un candidato no priista.

En las encuestas, Mead Kuribreña en el momento de las decisiones no aparecía en un lugar preferente. Era el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien ocupaba el primer lugar en esos sondeos.

Los priistas tradicionales se sintieron ofendidos con la designación de un “externo” como candidato, a pesar de su amplia experiencia como alto funcionario público de varias administraciones sexenales.

Su desempeño en la Secretaría de hacienda ha sido utilizado por sus oponentes de la esquina contraria para cargarle los gasolinazos y otras cargas impositivas, así como la medida 3.3 que ha confundido y enredado a los empresarios. Hasta el alza a las tortillas le van a cargar.

El tercero en la disputa, Ricardo Anaya Cortés, ex líder panista, va como candidato de la alianza Por México al Frente, conformada por PAN-PRD-MC. Anaya Cortés logró la candidatura presidencial de la coalición frentista dejando a varios contendientes en el camino como Margarita Zavala, Miguel Ángel Mancera y Rafael Moreno Valle. Su capacidad de diálogo y buen negociador lo puso a prueba con el ex gobernador poblano Moreno Valle, que no tan solo consiguió que declinara a su favor sino que junto con su familia y equipo, le dieran públicamente el apoyo y respaldo.

Ricardo Anaya construyó palmo a palmo el camino que lo llevó a la candidatura presidencial. Su astucia e inteligencia las utilizó para esquivar a experimentados panistas como el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y el destacado panista Gustavo Madero Muñoz.

El candidato panista logró posicionarse en el ánimo ciudadano en un tiempo relativamente corto, lo que se logra solo si se tiene cierto talento. En mucho le ha ayudado ser un buen debatiente que evita discusiones de pasillo y evade pleitos de callejón.

Por lo que toca a los independientes, ninguno de ellos representa, hasta este momento, significativa competencia para cualquiera de los arropados por los partidos políticos.

URGE NUEVO MODELO POLÍTICO

Columnista Ing. Fernando Padilla Farfán

Las recientes elecciones que se dieron en algunos estados de la República Mexicana, confirman la opinión en el sentido que el modelo electoral está agotado, ya no es tan eficaz. La manera como se hace política, cómo se seleccionan a los candidatos, y la forma cómo se llevan a cabo los procesos electorales, ya no satisfacen las necesidades políticas de la gente.

Se habla que la segunda vuelta podría ser una opción que innovara los procedimientos para legitimar a los gobernantes. El problema es que no podría aplicarse para el proceso electoral del 2018 por que la ley electoral marca plazos y tiempos, y para esta ocasión ya no da tiempo. Aparte que no hay, aún, la madurez política en los contendientes como para aceptar la derrota sin llamados al desorden.

Es importante y necesario, si se desea mejores resultados en el poder legislativo, que ajusten los tiempos de trabajo de los legisladores, ya que dedican tres meses para ver asuntos en sus distritos, tiempo que permanecen fuera del Congreso. En realidad, le bastarían a cada legislador no más de quince días para agotar las agendas distritales.

Debido a los amplios espacios de aparente inactividad de los legisladores, por cuestiones políticas, se va creando cierto retraso en el desahogo de los asuntos urgentes.

La baja participación en las urnas por el desencanto popular hacia la política y los políticos, serán el principal elemento por el cual los gobernantes que se elijan, lleguen sin la fuerza de las mayorías. Así no son gobiernos fuertes, además, son un blanco apetitoso para sus oponentes. No es posible que un gobernante cuente con el 25 por ciento (o menos), de los votos; aunque en algunos casos llegue al 30. A esto hay que agregar el criticado juego consistente en el que pierde, en permanente campaña infamará el trabajo del que ganó. Por su parte, el gobernante que triunfó utilizará los recursos, obviamente públicos, para contrarrestar al rival de urnas.

Tampoco abona a la democracia que en el Congreso existan fraccione parlamentarias de tan solo cuatro o cinco diputados, provocando que se difuminen los propósitos legislativos.

Queda claro que de parte de los políticos no hay voluntad política para gobernar al país. Poco o nada hacia afuera, todo para sus intereses personales. Esa es la anti regla.

El pragmatismo político es una moda impuesta por partidos pequeños, por motivos de subsistencia. Las alianzas de dos partidos con ideologías diferentes, rompe con los principales objetivos de los organismos políticos. Hacen a un lado la ideología que detentan y difunden, y que terminan confundiendo a los simpatizantes y militantes. Esto es parte del desencanto popular hacia partidos políticos.

El asunto de las alianzas es algo histórico. En nuestro país si no hay alianzas no hay paz entre los grupos políticos de cualquier comunidad. Pero las alianzas, hay que advertirlo, nos impide vivir en la modernidad política y globalizada. Hasta en lo social el tema de las alianzas es una práctica común. Sin alianzas no se avanza. Esa es la práctica inercial.

Las redes sociales intentan convertirse en el contrapeso que se requiere para que los políticos tengan límites. En la medida que las redes sociales alcancen la madurez necesaria, como una buena alternativa de la expresión responsable de la gente, se podrán cuantificar los avances en nuestra joven democracia. 

Por supuesto que también hay que modificar costumbres, hábitos y actitudes. La tarea no es fácil, pero es necesario realizar intentos antes de que las circunstancias nos alcancen y nos rebasen.

Por ello la necesidad de crear un nuevo modelo político electoral, con el cual pueda México hacer frente a los retos del mundo globalizado, pero sin perder su propia identidad, al contrario, fortaleciéndola.

Es tarea de los diputados y senadores buscar un nuevo modelo que cumpla con las expectativas ciudadanas. De igual manera, es responsabilidad de los partidos políticos tomar conciencia de las cosas y hacer lo que tienen que hacer para dinamizar la política mexicana.

Después de los resultados en las elecciones efectuadas en algunos Estados, que algunos consideraron como catastróficos para el PRI, se ha notado movilidad en las llamadas corrientes críticas, o democráticas, pero sin la presencia de nuevos ideólogos que le den el marco de calidad que necesitan las mencionadas corrientes políticas, para que no parezca que se trata de políticos que intentan por esta vía, retornar el poder. No sería lo correcto quitar a los que están para poner a los que estaban.

OBRAS QUE AFECTAN

Columnista Ing. Fernando Padilla Farfán

Hay quienes aseguran que somos un país de ligerezas extremas y descuidos inusitados. Ejemplos hay muchos, pero sólo vamos a destacar algunos.

En las carreteras del país existen curvas con el peralte invertido que, al menor descuido del conductor, el vehículo sale inercialmente “disparado” hacia el costado de la carretera. Es común encontrarse con curvas de ángulo tan obtuso que cualquier vehículo a velocidades no tan altas, puede volcarse o colisionar con otro que transite en el mismo sentido o en el contrario.

Los letreros que existen en las carreteras limitando las velocidades de los vehículos, tienen un detalle que ha pasado inadvertido por las autoridades federales y estatales. Las velocidades que actualmente se marcan en los dichosos letreros son de un solo tipo, es decir, la velocidad que se anota en los mismos es tanto para vehículos pequeños como para los de gran tamaño como los tráileres, cuando para éstos debía haber letreros donde se anoten velocidades mucho menores por tratarse de vehículos muy pesados que requieren mayor distancia para frenar.

Ésta es la razón por la que camiones grandes frecuentemente se involucran en una gran cantidad de accidentes. Es un grave error permitir que los tráileres circulen a la misma velocidad que los autos ligeros.

Los topes para obligar a los conductores a que reduzcan la velocidad, que se construyen en las carreteras del país, representan un serio peligro que incluso cobra vidas, porque ese tipo de obras no están sujetas a especificaciones reglamentarias, y los lugareños, aprovechándose de la pasividad de las autoridades, los construyen de acuerdo al coraje provocado por el atropellamiento de alguno de los lugareños. Y, lo peor de todo, es que los señalamientos de la presencia de los topes, cuando los hay, los diseñan los propios habitantes del lugar donde se instalan.

Un caso revelador fue un enorme tope que la gente de un poblado ubicado entre los límites de Puebla y Veracruz, construyó para vengar la muerte por atropellamiento de uno de sus habitantes. El problema fue que el pintor del pueblo hizo un letrero que colocaron metros antes del tope que textualmente lo anunciaba como “Reductor de Velocidad”, copiando los letreros de las autopistas donde anuncian la presencia de unas marcas ranuradas a ras de piso, a fin de que los automovilistas, en respeto a las señales, reduzcan su velocidad. Lo paradójico es que la peligrosa medida de los habitantes de ese poblado resultó más trágica. y, obvio, los conductores cruzaban confiados ya que, además, el letrero estaba tan solo tres metros atrás del descomunal tope. La peligrosa construcción permitida por las autoridades provocó más daño humano y material que el motivo de la decisión inicial.

Otro aspecto que les resulta difícil comprender a quienes con otros criterios nos observan, son los espectaculares que colocan en las carreteras anunciando trabajos de mantenimiento, cuando las autoridades obligadamente deben mantener en buen estado todas las carreteras del País. Es decir, les resulta absurdo que anuncien que están trabajando como si existiera la opción de no hacerlo.

Otro descuido de las dependencias responsables de dar el mantenimiento a las carreteras, que ha provocado infinidad de accidentes, es olvidarse de actualizar los letreros que marcan la altura que existe entre la carpeta asfáltica y el puente bajo el cual tienen que pasar los vehículos, después que es re encarpetada sin haber retirado la anterior, lo que reduce la altura. Los choferes de los camiones de carga, confiados en la altura (Gálibo) que indica el letrero, pasan confiados. Es hasta que el camión se atora que se percatan del irresponsable olvido de los supervisores de la obra.