El vehículo Perseverance aterrizó en Marte este jueves tras superar con éxito los «siete minutos de terror» que implicaron atravesar la delgada atmósfera del planeta rojo y descender en la superficie rocosa del cráter Jezero.
Después de amartizar, el Perseverance se encontraba ya listo para iniciar su exploración luego de enviar la primera imagen de la superficie marciana que registra, después publicada en la cuenta oficial en Twitter del robot acompañado del mensaje: «Hola Mundo. Mi primer vistazo al que será mi hogar para siempre».
Las primeras imágenes son en blanco y negro y le dieron la vuelta al planeta tierra con más de 150 mil retuits y más de 435 ‘likes’. La primera imagen muestra el lado delantero del Rover y la segunda, su lado trasero.
En Marte, el terreno es arenoso con rocas, muy similiar a un paisaje desierto en la Tierra.
La agencia de noticias AFP compartió imágenes al interior del centro de control de la NASA en Pasadena, California donde realizaron la operación marciana.
Después del aterrizaje, los investigadores saltaron en júbilo por la delicada operación y procedieron a revisar las primeras imágenes enviadas por Perseverance.
Foto: Bill Ingalls | AFP
Foto: Bill Ingalls | AFP
El vehículo, de 6 ruedas, cerca 3 metros de largo y de 1.025 kilogramos, buscará en Marte señales de vida microbiana pasada y recolectará muestras selectas de rocas y sedimentos para su envío futuro a la Tierra.
El robot científico descendió en Marte tras reducir en siete minutos una velocidad de 20.000 kilómetros por hora y con ayuda de una grúa aérea que le permitió descender suavemente, una operación que los científicos de la NASA habían calificado de peligrosa.
«Qué equipo tan increíble para trabajar a través de todas las adversidades y desafíos que conlleva el aterrizaje de un rover en Marte, además de los desafíos de covid», señaló poco después del amartizaje el administrador interino de la NASA Steve Jurczyk.
Perseverance carga dos micrófonos, que por primera vez captarán el sonido de Marte, y un helicóptero de cuatro patas y menos de 2 kilogramos de peso, el Ingenuity Mars, que intentará llevar a cabo el primer vuelo controlado y con motor en otro planeta.
Asimismo, allanará el camino para la futura exploración humana más allá de la Luna.
Recientemente llegó a las farmacias de España el spray nasal Taffix, desarrollado por la farmacéutica israelí Nasus Pharma, un producto que, ya en las fosas nasales, se convierte en un gel que protege de todos los virus respiratorios.
De acuerdo con las pruebas de laboratorio con humanos hechas por la compañía, este aerosol redujo el riesgo de infección por covid-19 en un 78 por ciento.
De acuerdo con información de medios ibéricos, su compra no requiere receta médica, su efecto es inmediato y se prolonga hasta un máximo de cinco horas.
Cabe aclarar que el spray no es un sustituto del cubrebocas, el cual se debe seguir utilizando aunque se aplique Taffix.
«Es una ayuda, pero no excluye que sigamos utilizando la mascarilla»
Este producto no se debe aplicar en mucosas con heridas, tampoco a menores de 12 años sin consultarlo previamente con su pediatra y, por supuesto, tampoco utilizarlo si tenemos hipersensibilidad a cualquiera de sus componentes.
Nota importante: Este producto es de empleo delicado y solo debe administrarse bajo indicación y supervisión médica.
De acuerdo con el experto en matemáticas de la Universidad de Bath, Kit Yates, todo el virus que causa el COVID-19 que circula en el mundo en estos momentos podría caber fácilmente dentro de una lata de refresco.
Utilizando las tasas mundiales de nuevas infecciones por la enfermedad pandémica, junto con las estimaciones de la carga viral, el experto calculó que hay alrededor de dos trillones de partículas del virus COVID-19 en el mundo en cualquier momento.
Yates dijo que utilizó el diámetro del SARS-CoV-2 -con una media de unos 100 nanómetros, o 100,000 millonésimas partes de un metro- y luego calculó el volumen del virus esférico.
Incluso teniendo en cuenta las proteínas de punta del coronavirus y el hecho de que las partículas esféricas dejan huecos cuando se apilan, el total sigue siendo menor que el de una sola lata de refresco de cola de 330 mililitros.
Un estudio realizado en Israel, el país que lidera mundialmente en aplicación de dosis, reveló una baja de 94 por ciento en infecciones sintomáticas y casos graves del virus luego de la vacunación contra el COVID-19.
El análisis mostró la efectividad de la vacuna en 600 mil usuarios que han recibido las dos dosis de Pfizer y el mismo número de personas sin inocular.
Estableció una reducción del 94 por ciento de infecciones sintomáticas entre los vacunados contra la COVID-1 9 y una caída del 92 por ciento en el número de personas gravemente enfermas, en comparación con las que no recibieron ninguna dosis.
Casi la mitad de los españoles pierde algo al menos una vez por semana, según un estudio de Ikea. El tiempo que tardan en encontrarlo oscila entre uno y 10 minutos. Aunque a priori estas cifras no parecen demasiado alarmantes, Ikea ha calculado que a lo largo de su vida pasan seis meses y medio buscando sus pertenencias. O lo que es lo mismo: casi 5.000 horas. Para conseguir que este tiempo sea menor y encontrar objetos personales fácilmente, existen diferentes dispositivos de localización. Es el caso del Samsung Galaxy SmartTag, presentado por la compañía surcoreana en enero.
EL PAÍS ha probado durante unos días este dispositivo, que cuesta unos 40 euros y pretende hacer frente a los aparatos de Tile y a los rumoreados AirTags de Apple. El aparato, que es negro y tiene forma cuadrangular, es simple, suave y pequeño. Sus laterales no alcanzan los cuatro centímetros y pesa 13 gramos. Está pensado para ser utilizado como un llavero y así poder localizar objetos no conectados: desde una mochila o unas llaves hasta el coche o incluso a un perro. Bastaría con colocar el aparato en el collar de la mascota para saber dónde se encuentra.
El primer paso para utilizarlo es conectarlo al smartphone. La principal limitación de este dispositivo es que solo es compatible con teléfonos inteligentes de Samsung. A diferencia de otros rastreadores similares como Tile, el Galaxy SmartTag no se puede utilizar con ningún otro teléfono Android y mucho menos con un iPhone. Si se tiene un móvil Samsung, solo hay que apretar en la parte trasera del SmartTag. Tras hacerlo, una ventana emergente sugiere al usuario añadir el dispositivo a la app SmartThings.
El aparato funciona con bluetooth y permite localizar objetos a unos 120 metros de distancia, aunque dependerá de los obstáculos que haya por el camino, según Samsung. El usuario puede consultar en la app SmartThings la ubicación del dispositivo en un mapa. Si bien los resultados que ofrece la aplicación son bastante precisos, en las pruebas realizadas por este periódico a veces se indicaba que el Galaxy SmartTag estaba en el edificio de al lado.
Como si de una búsqueda del tesoro se tratase, una función llamada “buscar cerca” informa al usuario según se mueve de si se va alejando o se va acercando al dispositivo. Lo hace midiendo la intensidad de la señal. Hay otra opción llamada “navegar” que permite seguir un trayecto hacia el lugar en el que se encuentra el Galaxy SmartTag. Pero probablemente la función más útil, especialmente si se pierde un objeto en un espacio cerrado, sea la de hacer sonar el dispositivo, que es bastante ruidoso. El usuario puede escoger entre dos volúmenes y 10 melodías metálicas y penetrantes para encontrar sus pertenencias. Esta función puede ser útil por ejemplo para encontrar unas llaves guardadas en un cajón o un bolsillo o ocultas debajo de una pila de ropa.
En el caso de que el dispositivo esté más lejos, Samsung no hace un seguimiento en tiempo real de la ubicación. Es decir, el usuario no va a poder ver un punto en un mapa que se mueve con precisión si, por ejemplo, le roban la mochila. Aun así, el fabricante permite recurrir a la red Galaxy Find. “Muestra la ubicación de tu localizador en un mapa para que otros usuarios de Galaxy puedan ayudarte si lo pierdes”, indica la compañía. El dispositivo emite una señal que puede ser detectada también por otros dispositivos de Samsung con la aplicación SmartThings instalada. La marca surcoreana asegura que todos los datos del usuario de SmartThings Find están encriptados y protegidos de forma segura.
Además de para ser localizado, el dispositivo también está pensado para encontrar un móvil o una tableta. Si se activa dicha función, al pulsar dos veces en el localizador, el móvil comenzará a sonar. El Galaxy SmartTag también puede utilizarse para controlar de forma remota los dispositivos inteligentes en el hogar. A través de la aplicación SmartThings, los usuarios pueden configurar las funciones que se ejecutarán cuando se presione brevemente el botón del aparato. Por ejemplo, pueden escoger si encender la luz, cambiar la temperatura o apagar el purificador de aire. Eso sí, los dispositivos inteligentes de la casa tienen que estar registrados dentro de la aplicación de SmartThings para poder utilizarse.
La batería de este dispositivo es intercambiable y dura hasta 300 días, según Samsung. No obstante, su vida útil puede variar según el patrón de uso de los usuarios. Con este aparato, la marca surcoreana pretende expandir aún más su ecosistema de dispositivos conectados. Y no tiene intención de parar. De hecho, planea lanzar próximamente otro dispositivo más potente llamado SmartTag+ que utiliza tecnología UWB (banda ultraancha).
Google ha anunciado este jueves en su blog que invertirá 650 millones de dólares (más de 530 millones de euros) en cinco años para “acelerar la transición digital en España”. Así se lo ha comunicado también la directora general de la compañía en España y Portugal, Fuencisla Clemares, a la ministra de Economía y vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño. La inversión incluye la instalación en Málaga de un centro de excelencia para la ciberseguridad en el que se ofrecerá “formación, charlas, talleres y mentorías sobre ciberseguridad, además de investigación y desarrollo de producto”.
Los más de 530 millones se utilizarán también para establecer la primera Región Cloud en España, anunciada en colaboración con Telefónica y con la que Google pretende acercar sus infraestructuras estratégicas al país para mejorar sus servicios en la zona, y para la instalación del primer cable submarino privado del gigante tecnológico en conectar España con Estados Unidos y el Reino Unido. La infraestructura, bautizada como Grace Hooper, fue anunciada ya el pasado julio y estará lista en 2022. Según la compañía, permitirá a las empresas y administraciones públicas españolas acelerar su transformación a escala y desplegar el potencial de los servicios en la nube con baja latencia y alto rendimiento.
El centro de ciberseguridad se ubicará en un espacio de 2.500 metros cuadrados localizado en el Paseo de la Farola de la ciudad andaluza. Google asegura que ha elegido Málaga porque la región “cuenta con gran talento, un ecosistema de start-ups vibrante e incubadoras y aceleradoras de empresas que llevan cultivando el tejido tecnológico mucho tiempo”. Las nuevas instalaciones se convertirán además en el espacio de trabajo de Virus Total, una start-up malagueña adquirida por el gigante tecnológico en 2012 y que desarrolla sus funciones en estrecha colaboración con la Universidad de Málaga.
La compañía se ha comprometido además a continuar con la formación en competencias digitales de carácter profesional, “claves para que la sociedad abrace con éxito las oportunidades de este mundo cambiante”. En este sentido, Clemares ha subrayado que durante mucho tiempo la compañía ha apoyado a las pymes e individuos para que estén “más preparados digitalmente en este entorno tan cambiante” y ha defendido que la Región Cloud, junto con el cable submarino, en colaboración con socios locales, van a permitir a las empresas y sector público ser “más escalables y eficientes en sus negocios”.
Este movimiento refuerza a Málaga como un gran polo tecnológico especialmente vinculado a la ciberseguridad. Virus Total poseía en 2020 la mayor base de datos mundial de ciberseguridad, analizaba más de dos millones de archivos y URL al día, medio millón de ellos sospechosos. Relacionadas con el sector también tiene sede Elevenpaths, propiedad de Telefónica, y la multinacional Dekra.